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La fe en la Historia nacida durante la Ilustración se mantuvo hasta bien entrado el siglo XX y fomentó la idea de que el historiador podía descubrir a través del análisis de los hechos del pasado las leyes que habían determinado el presente y prever o, incluso, tratar de modificar el futuro. Pese a su crisis actual, tal creencia sigue teniendo partidarios y sigue estrechamente vinculada a una vieja práctica con repercusión en la política de nuestros días: la utilización de la Historia para legitimar las instituciiones del presente. Un año después de la derrota militar de 1898, este artículo sobre una colonia olvidada para los españoles, las islas Filipinas, aborda la pervivencia de esta práctica.
