El artículo comienza argumentando que la inmigración contemporánea a Italia, así como la que llega al resto de países del sur de Europa, está motivada, entre otras razones, por la demanda del mercado de trabajo de los sistemas económicos de acogida. En el marco de políticas de inmigración restrictivas, una economía sumergida bien establecida promueve la inmigración no autorizada, pero pasa a satisfacer la demanda de trabajo regular, aunque en los niveles más bajos de la pirámide laboral, cuando es regularizada en una de las frecuentes regularizacisnes. Los nuevos inmigrantes, sin embargo, son diferentes a los de la vieja migración "dirigida", ya que muchos de ellos tienen un elevado nivel educativo pero son también confinados a empleos poco cualificados. A través da datos extraídos de una encuesta realizada a 8.000 inmigrantes en la mayor región de Italia, la segunda parte del artículo se centra en dos puntos: si la proporción de inmigrantes cualificados es menor entre los inmigrantes llegados más recientemente y en cómo el nivel educativo afecta a la inserción de los inmigrantes en el mercado de trabajo. Los resultados muestran que también el comportamiento de los nuevos inmigrantes es diferente. El hecho de que los "seguidores" tienen un nivel educativo equiparable a los "exploradores" confirma que la inmigración no-autorizada está permanentemente seleccionada. Finalmente, si controlamos otros factores, el nivel educativo parece no afectar a las probabilidades de ocupación y el desempleo de los inmigrantes