Los padres que se dedican al cuidado de los niños en Bélgica se enfrentan a una falta de legitimidad y de valorización de sus prácticas y de su rol como "padres en casa" que se manifiesta en las relaciones interpersonales y en la organización espacio-temporal de los espacios públicos. Las continuas referencias a su falta de ajuste con las normas tradicionales de la división sexual del trabajo hipotecan la posibilidad de construir una imagen positiva de sí mismos de cara a su distancia del trabajo asalariado. Como reacción, los padres en casa desarrollan estrategias para limitar el impacto de esta falta de legitimidad y dar sentido a sus prácticas