La maternidad, considerada como un elemento ideológico, actúa como un mecanismo social que reinscribe las premisas masculinas y contribuye a consolidar la violencia del hombre contra la mujer. Este ensayo analiza de qué forma la relación patriarcal existente entre madre e hija da origen a víctimas potenciales de la violencia de género a las que se les ha enseñado a aceptar su papel secundario como seres pasivos, devaluados y dependientes. Los episodios de violencia de género continuamente reproducen el dominio masculino frente a la subordinación femenina. Esta relación de poder patriarcal es una de las lecciones principales que una hija recibe de una madre que, a su vez, ha aprendido que, como mujer, pertenece a la esfera doméstica, desprovista de todo poder, y que su principal tarea es la de esposa y madre. A través de un análisis psicoanalítico y cultural, este ensayo pretende mostrar cómo el estudio de la relación conflictiva entre madre e hija que desarrolla Margaret Atwood en Lady Oracle presenta la novela como parte de una práctica discursiva que denuncia la complicidad de la maternidad en la violencia de género.