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Nuestro país no ocupa un lugar desfavorable en cuanto a su posibilidad de resistencia en el orden agrícola. Sin embargo, es necesario estudiar el problema de los almacenamientos básicos alimenticios. En caso de guerra es preciso tener preparadas de antemano una serie de normas a fin de regular la producción agraria y la alimentación. En caso de guerra atómica, aun teniendo en cuenta sus terribles efectos, la agricultura, objetivo no "rentable", emergería de la catástrofe frente a una industria en colapso. La "movilización" agraria -expresión ya consagrada- no puede ser fruto de la improvisación. Abarca todas las medidas citadas anteriormente referentes a la producción agrícola, abastecimiento de alimentos y materias primas de origen animal o vegetal para la industria. Las experiencias de la segunda guerra mundial en materia agrícola son muy aleccionadoras. Alemania entró en ella con un grado de autosuficiencia que indicaba su preparación bélica. Para Inglaterra, la agricultura y los abastecimientos fueron su constante pesadilla. Los Estados Unidos incrementaron considerablemente su producción agrícola.
