Aunque en la Unión Europea no existe una política energética común, sí ha habido numerosos intentos por coordinar las actuaciones en este campo. En particular, la Comisión hace una gran labor con sus estudios y análisis prospectivos de la evolución de la oferta y de la demanda de energía, y de los posibles escenarios de futuro. El esfuerzo más sostenido y sólido fue el realizado entre 1993 y 1995, que culminó en un Libro Verde, primero, y Blanco después sobre "Una política energética de la Unión", centrado sobre tres pilares básicos: economía, seguridad y desarrollo sostenible