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José María García Ruiz
Se estudia la evolución reciente de la agricultura de montaña que se caracteriza por la contracción espacial de la superficie cultivada y por la intensificación. El abandono de las laderas menos favorables y muy pendientes, el predominio de la escorrentía superficial favorece la exportación de materiales finos y la pérdida neta del suelo, mientras que en los bancales abandonados el notable espesor del suelo, el gradiente hidráulico y la capacidad de infiltración, incentiva la formación de pequeños movimientos en masa. Este análisis que se centra en el espacio montano de influencia mediterráneo-continental puede generalizarse en algunos aspectos al resto de las montañas penínsulares.
