Reconocida desde hace décadas en España, Italia o Grecia, la historia industrial del Mediterráneo empieza sólo ahora a conquistar su legitimidad científica en Francia. Y eso teniendo en cuenta que, durante el siglo pasado, la costa de la Provenza, de Marsella a La Seyne, fue uno de los principales centros franceses de construcciones mecánicas y de la metalurgia de los no ferrosos, y que el espacio urbano marsellés aún muestra, para quien sabe verlas, las señales de un rico pasado industrial; que la Provenza posee una tradición bicentenaria en la industria química y que el aluminio se produce allí desde hace más de un siglo. Podrían multiplicarse los ejemplos, al margen incluso de toda referencia a Fos, que se percibe como un injerto aislado, de origen exterior y de resultados ambiguos.