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Juan Manuel López Ulla 
Los datos revelan que probablemente en España se haya producido el incremento más rápido de la tasa de inmigrantes de la Unión Europea en los últimos años. Este crecimiento ha sido progresivo en el tiempo. Si nos referimos tan sólo al último año, comprobamos que el número de extranjeros con tarjeta o autorización de residencia a fecha de 31 de diciembre de 2005 era de 2.738.932, un 38,52% más que en diciembre de 2004. De éstos, 1.958.091 (el 71,49 % del total) pertenecían al Régimen General, mientras que 780.841 (el 28,51 %) estaban incluidos en el Régimen Comunitario del que forman parte los nacionales de países del Espacio Económico Europeo así como sus familiares y los familiares de los españoles. El número de extranjeros del Régimen General se había incrementado en un 50,04 % (653.050 personas) respecto de finales de 2004 y el de los incluidos en el Régimen Comunitario en un 16,15 % (108.591 personas).
Esta nueva realidad no pasa desapercibida para los ciudadanos: en el barómetro de enero de 2006, realizado por el Centro de Investigaciones Sociológicas, el 34,6 % de los encuestados identifica la inmigración como uno de los tres problemas principales en España, y el 13,5% afirma que es uno de los tres principales problemas que personalmente les afectan más.
