Suele destacarse la posición del Convenio Europeo de Derechos Humanos de 1950 como tratado más emblemático del Derecho Europeo de los Derechos Humanos y, por supuesto, el instrumento normativo que abandera la democracia política en el Consejo de Europa. Siendo ello así, afortunadamente se ha superado en gran medida la percepción de que la Carta Social Europea del Consejo de Europa es la "hermana pobre" del CEDH, poniéndose el acento en la evolución de la CSE como manifestación emblemática del Derecho Europeo de los Derechos Sociales o Derecho Social de los Derechos Humanos y como baluarte de la democracia social europea. A la superación de esa originaria percepción ha contribuido la fuerza progresivamente ganada por el principio de indivisibilidad de los derechos humanos.
Ello no obstante, la Carta Social Europea, pese a su importancia para forjar la democracia social en Europa y, por ello mismo, en España, sigue siendo una gran desconocida en nuestro país. Semejante coyuntura no nos la podemos permitir en un Estado que se autocalifica de "social y democrático de Derecho" y en donde se otorga un papel de primer orden al "pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto de los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales" como objeto de la educación.