Raquel Quiroga García, Isidro Sánchez Álvarez
Este trabajo persigue un doble objetivo. Por una parte, pretende comprobar si la volatilidad intradía del futuro sobre el IBEX-35, presenta una estructura de componentes, que nos permitiría dividir la misma en un componente transitorio o de corto plazo, y otro permanente o de largo plazo. Una vez comprobada la presencia de esta estructura, introduciremos el volumen y el número de transacciones en la ecuación de la varianza, con el fin de comprobar si la persistencia observada en la volatilidad, desaparece con la introducción de estas variables, tal y como apuntan algunos resultados anteriores. En caso afirmativo, podríamos concluir que la presencia de estos componentes está asociada a los flujos de información y que las variables escogidas son buenos indicadores de la llegada de información al mercado.