Los Presupuestos de 2007 aumentan los recursos dedicados al bienestar colectivo, ampliando de forma sustancial las dotaciones destinadas al gasto social. Sin embargo, el aumento del gasto social que se ha hecho no es suficiente para que España disminuya sus diferencias con la Unión Europea, reflejando cierta renuncia a ir más allá de lo que imponen hoy día los criterios macroeconómicos neoliberales dominantes.