La madurez de la ciudad es el resultado de la conjunción de capas históricas sucesivas de acontecimientos que reflejan el paso de los años. La ciudad madura es aquella que se aleja de la zonificación y de la segregación y que favorece la creatividad y el mestizaje cultural. Para ello, la ciudad debe recuperar los espacios públicos colectivos, donde los ciudadanos convivan, se interrelacionen y puedan ejercitar su libertad.