Los trastornos del sueño son un problema socio-sanitario de gran importancia, no sólo por el malestar, sufrimiento y alteración de la calidad de vida que ocasionan. Además, pueden afectar al caracter, produciendo irritabilidad, irascibilidad o inquietud, y afectar a las relaciones personales; generan un importante gasto farmacológico, así como dificultades de concentración, disminución de la capacidad de alerta y atención, o deterioro en la manipulación de objetos, vehículos y maquinarias con riesgo elevado de accidentes. Para evitar todos estos perjuicios se puede seguir una serie de consejos sobre higiene del sueño.