Este documento aboga por una reevaluación a fondo de la flexibilidad como instrumento de integración y explica las condiciones en las que ésta contribuiría al avance de la UE ampliada. Con demasiada frecuencia en el pasado, la flexibilidad se ha empleado como amenaza (eficaz) para inducir a los Estados miembros reticentes o rezagados a seguir el ritmo del proceso de integración. Por lo tanto, no debería sorprender que muchos Estados miembros tengan una imagen tan mala de ella.