Desde sus orígenes, las técnicas de medición de la eficiencia de las escuelas han sido extensamente utilizadas para la evaluación de su gestión. El objetivo de este trabajo es realizar una revisión crítica de los riesgos de este análisis cuando es llevado a cabo sin tener en cuenta las especiales características de un sector como el educativo, en el que la función de producción resulta tan difícil de determinar. En este artículo se propone además el uso de árboles de decisión como técnica de análisis del sector educativo. Esta técnica permite generar reglas lógicas para modelar la función de producción educativa y ofrece un marco sencillo para la toma de decisiones de asignación de gasto público educativo. Para ilustrar estas ideas se ha desarrollado un análisis empírico utilizando datos de alumnos españoles de quince años que fueron evaluados en el Proyecto PISA (Programme for International Student Assessment) en el año 2000.