El trabajo pretende realizar una exposición de las transformaciones que han acontecido en la ciudad de Zaragoza en este final de siglo tanto en su centro histórico como en sus zonas periféricas (y de las relaciones entre ambas) así como el mimetismo de muchos de sus comportamientos con las ciudades de tamaño mediano norteamericanas que ofrecen un modo de vida "global" en donde las marcas se imponen a los lugares.