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Si quiere saber por qué tantas empresas se hunden en el caos, sólo mire a la boca de sus líderes. Una y otra vez exponen nociones grandilocuentes y ampulosas ¿pero indefinidas¿ sobre la dirección en que creen se está moviendo la empresa. Asumen que todos comparten sus definiciones de ¿visión¿, ¿responsabilización¿ y resultados. Se llega frecuentemente a un comportamiento descuidado y desalineación, que pueden costarle caro a la empresa. Una comunicación eficaz es la herramienta más importante del líder para hacer el trabajo esencial del liderazgo: inspirar a la organización a asumir la responsabilidad de generar un futuro mejor. Cinco temas ejercen extraordinaria influencia dentro de una empresa: la estructura organizacional y jerarquía, los resultados financieros, la conciencia del líder sobre su tarea, la gestión del tiempo y la cultura corporativa. Adecuadamente definidos, diseminados y controlados, estos tremas le dan al líder las oportunidades para una mayor responsabilización y un desempeño superior sustentable. Por ejemplo, un CEO mantiene siempre comunicaciones admirablemente breves y al punto sobre jerarquías. Cuando advirtió que necesitaba realinear los recursos internos, le dijo a su equipo: ¿Estoy cambiando la estructura de recursos para que podamos ejecutar más eficazmente¿. Tras mostrar el nuevo organigrama, dijo: ¿Son las 10:45. Tienen hasta el mediodía para disgustarse, si es que ésa es su reacción. Al mediodía, serviremos pizza. A la una en punto, nos vamos a trabajar en nuestras nuevas posiciones¿. Los líderes más eficaces se preguntan así mismos: ¿¿Qué debe ocurrir hoy para que lleguemos a donde queremos llegar? ¿Qué creencia o concepto vagos puedo clarificar o desenmascarar hoy?¿. Un CEO que comunica con precisión a diez subordinados directos, cada uno de los cuales comunica con igual precisión a otros 40 empleados, alinea eficazmente el compromiso y la energía de la empresa en torno a una visión clara de los reales objetivos y oportunidades de la empresa.
