En las páginas que siguen, tras denunciar algunas de las carencias del modelo liberal de democracia, se analizan las propuestas que se hacen desde el republicanismo cívico para superarlas y para mejorar la vida pública, entre las que destaca su apuesta por una participación política intensa y reflexiva. Se ofrecen, asimismo, argumentos para rebatir dos de las criticas más recurrentes al republicanismo: que es una doctrina potencialmente opresiva y que la virtud cívica que requiere su puesta en práctica es imposible en nuestros días; en este sentido, se arguye que nada impediría a los ciudadanos cumplir sus obligaciones cívicas si se les brindaran las oportunidades, los recursos y la motivación oportunos.