La crisis financiera de Argentina en 2000-2001 presenta, pese a sus peculiaridades, un buen número de similitudes con las crisis asiáticas de 1997-1998: ambas se vieron precedidas de fuertes entradas de capital extranjero, apreciación de la moneda, endeudamiento externo corto plazo, deterioro del saldo corriente, aumento del riesgo de insolvencia, pánico bancario y comportamiento especulativo y gregario de los inversores internacionales. v