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El autor parte de la obra del conocido antropólogo Ernest Gellner para introducirnos en uno de los debates más apasionantes de la sociedad musulmana actual: el papel central que juega la religión en el entorno político. Hume y Abenjaldún, entre otros, sirven para recapitular a través de la historia las variaciones del sentimiento religioso como clave para explicar momentos capitales de la evolución social. Ya en el siglo XX, el autor nos introduce en dos de las realidades que han marcado los comportamientos de las sociedades magrebíes -los ideales religiosos y las concepciones nacionalistas-, lo que algunos autores han calificado de modernismo y tradicionalismo. La historia más reciente de los acontecimientos políticos en Argelia, Túnez y Marruecos nos habla de cómo la situación política continúa residiendo en gran parte en la gestión del poder religioso. El autor concluye con una interesante hipótesis, en la que habla de sociedades secularizadas donde, sin embargo, las representaciones dominantes no han asimilado la visión laica. Es en este entorno en el que la cuestión religiosa constituye un verdadero poder aparte. Este argumento le sirve para apuntar hacia lo que parece esencial para la democratización de estas sociedades: cómo conseguir una modalidad de presencia y de acción de la religión en el ámbito público.
