Los innovaciones han hecho posible una nueva tecnología de la información y comunicación. Su impacto sobre las tasas de crecimiento de los países no ha sido igual, como consecuencia de las grandes diferencias en las estructuras sociales y en los canales de transformación económico. La nueva economía se basa en una gran participación de la inversión en el crecimiento del PIB de los países que se adscriben al proceso de innovación tecnológica. La globalización económica, que ha incorporado el impacto de la nueva economía, ha propiciado la liberalización de los mercados financieros, cuyas indiscutibles ventajas están acompañadas de elementos perversos. Así, se hace necesario reorganizar el mercado financiero, repensar el papel de las sociedades financieras y de los instrumentos de financiación de las empresas, y propiciar una nueva división de funciones de los organismos internacionales.