El modelo organizativo del que se dota un ayuntamiento es una decisión estratégica, que no suele ser objeto de la atención que merece. Si se desea mejorar el funcionamiento administrativo y los niveles de eficacia y eficiencia de los servicios municipales, a la vez que se liberan energías para enfatizar el perfil político y las tareas de gobierno, el modelo gerencial contiene grandes potencialidades. A pesar de la indefinición normativa, es posible crear espacios de dirección ejecutiva profesional que permitan inyectar más política y más gestión en nuestros gobiernos locales.