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Frank Ostroff
Desde los días de la Nueva Frontera de John F. Kennedy, la estima de la población estadounidense por la competencia de las instituciones públicas y el valor de los servicios que entregan ha decrecido sostenidamente.
Durante ese tiempo, la innovación en la práctica y la reflexión sobre gestión se ha originado y ha sido probada mayormente en el sector privado. Pero sucesos reciente, como los ataques al World Trade Center y la inundación de Nueva Orleans, han demostrado cuán esencial resulta también para las instituciones públicas el ser bien manejadas.
Desafortunadamente, pocos administradores públicos tienen una trayectoria en gestión del cambio, y una variedad de factores ¿como las reglas del servicio público, consideraciones políticas, y las breves permanencias de los jefes de la instituciones¿ se combinan para que una reforma verdadera sea un caso extraño. Estos hechos de la vida pública pueden no desaparecer nunca. Pero líderes de instituciones han descubierto el modo de cortejar a las partes interesadas clave, reencantar a los empleados con la verdadera misión de una entidad, emprender una reforma tan amplia que los elementos que se resisten no puedan subvertirla y echar las bases para las próximas etapas en forma clara y sistemática.
El consultor Frank Ostroff ha estudiado transformaciones en la Administración de Seguridad Laboral y Salud, la Oficina de Contabilidad del Gobierno y en las Fuerzas de Operaciones Especiales, el brazo militar clandestino y de respuesta rápida. De estos ejemplos y otros, ha destilado cinco principios que subrayan las iniciativas de cambio exitosas: mejorar el desempeño en relación a la misión de la institución; convencer a las partes interesadas internas y externas; establecer una hoja de ruta; distinguir las conexiones entre todos los elementos organizacionales; y ser un líder, no un burócrata. Los programas de cambio que siguen estos principios tienen una mayor probabilidad de sobrevivir cuando el liderazgo cambia de manos.
