La responsabilidad social se relaciona con al comportamiento ético de las empresas y, como tal, a veces entra en conflicto con la conducta orientada a hacer máximo el benéfico. El trabajo demuestra que determinadas conductas que identificamos como éticas son explicables desde la racionalidad económica. Para ella se tiene en cuenta al papal de la ética para generar confianza en situaciones donde los contratos formales no dan la seguridad necesaria para que las transacciones prosperen. Las oportunidades para incorporar la ética y la confianza a la gestión de la empresa que ofrece al capital reputación se ilustran a partir de ejemplos extraídos de los mercados financieros.