En estudios anteriores, el autor mostró que el modelo de desarrollo adoptado por Chile difería significativamente del aplicado por los países exitosos del sudeste asiático. Hasta 1986, la base productiva de la economía chilena era relativamente débil y de poca complejidad tecnológica, y la penetración de insumos importados se hacía principalmente a expensas de la escasa intermediación productiva interna. Ni la industrialización manufacturera ni la interdependencia industrial resultantes parecían favorecer la exportación de manufacturas capaces de sustentar un desarrollo industrial dinámico basado en los mercados externos. El presente artículo analiza los cambios en la estructura productiva chilena entre 1986 y 1996, y en general hasta el 2000, utilizando una metodología similar a la de los estudios previos. Concluye que, pese a las notables tasas de crecimiento del período analizado, la economía chilena aún parece ser relativamente débil como base para acrecentar de manera sostenible un desarrollo económico y tecnológico más complejo.