A partir de la exploración de las articulaciones entre trabajo, desempleo, pobreza y desigualdad, este artículo analiza, desde una perspectiva multidimensional y dinámica, las formas que adquiere la precariedad social en México y Argentina en el nuevo escenario económico. Sostiene que el debilitamiento de los mecanismos integradores centrados en el empleo, la marcada desigualdad de oportunidades y la creciente rigidización de la estructura social, evidencian tendencias muy excluyentes, con perfiles específicos en cada país. Luego de analizar las trayectorias nacionales y el potencial integrador alcanzado bajo el modelo de industrialización mediante sustitución de importaciones, examina el deterioro de las condiciones laborales y de vida en las últimas décadas. Finalmente, expone algunos de los dilemas y desafíos que plantea a la investigación y a las políticas públicas el tránsito hacia sociedades más equitativas, solidarias e incluyentes.