Teresa Torres Solé
A la formación se le asigna capacidad para favorecer la productividad, la competitividad y el acceso a una ocupación. Teniendo en cuenta esta característica, el artículo analiza los cambios y tendencias de la formación inicial, continua y ocupacional en España desde la aprobación del primer Programa Nacional de Formación Profesional en 1993, hasta el segundo Programa aprobado en 1998. En este sentido, se observa que los tres subsistemas de formación no están exentos de ciertos puntos débiles que dificultan la plena consecución de los objetivos que tienen asignados y que en ciertos aspectos no han sido corregidos en el nuevo Programa Nacional de Formación Profesional