La economía española continúa el proceso de expansión económica iniciado en la mitad de la década de los noventa, caracterizado por un diferencial positivo continuo frente a Europa y una intensa creación de empleo. Junto a las reformas estructurales, la política de estabilidad presupuestaria está en la base de este nuevo modelo de crecimiento. El equilibrio presupuestario ha tenido efectos muy positivos sobre la actividad económica. Unos buenos resultados junto a una decidida voluntad política para cumplir con los criterios de Maastricht y, por tanto, también con las normas establecidas en el Pacto de Estabilidad, han permitido reducir el nivel de endeudamiento por debajo del 50 por 100 del PIB. Para reforzar la orientación de esta política económica se han elaborado un conjunto de reglas presupuestarias que han dotado de una credibilidad adicional al marco de estabilidad presupuestaria. Los retos de futuro, derivados fundamentalmente de la estructura de población en sociedades desarrolladas como la española, aconsejan reafirmarse en el valor de la estabilidad de las cuentas públicas. Unas reglas sencillas, estables, claras y transparentes, junto a la profundización en el control democrático sobre los presupuestos, refuerzan la confianza en el futuro de nuestra economía.