El proceso de liberalización de la economía española se inició tímidamente con el Plan de Estabilización de 1959. El Acuerdo Preferencial con la CE de 1970 representó un enorme avance que se consolidaría con la extensión de este acuerdo a los países de la EFTA en 1979. Pero fue la integración en la CE, en 1986, la que supuso el paso definitivo que culminó el proceso de cambio que necesitaba nuestro país y afianzó la idea de que la reducción del proteccionismo mejora la eficiencia de la economía, aumenta el crecimiento y permite alcanzar mayores cotas de bienestar.