La Constitución Española de 1978 ha definido el marco de relaciones autonómicas en los últimos 25 años. El proceso descentralizador, basado en los principios de unidad, autonomía, coordinación y solidaridad, ha ido implantándose progresivamente en las Autonomías, independientemente de su vía de acceso. Se puede decir que actualmente existe un aceptable nivel de convergencia interregional, si bien la financiación parece que ha sido sistemáticamente insuficiente, lo que ha llevado periódicamente a cuestionarse el sistema de financiación. Actualmente, por el costoso traspaso de la sanidad, se está planteando un nuevo sistema en términos de balanza fiscal, pero no queda clara la conveniencia del uso de este concepto. En este marco institucional, la economía española ha sufrido una verdadera modernización, siendo el periodo en que más se ha acercado a Europa, con la gran peculiaridad de que no han aumentado las diferencias regionales. Por ello, se puede afirmar que el modelo autonómico ha funcionado eficazmente, al no poner trabas al desarrollo de nuestras regiones.