Andy Boynton, Bill Fischer
Gestionar un equipo tradicional pareciera ser algo bastante directo: reunir a quienquiera esté disponible, otorgarles el tiempo y el espacio para que realicen su trabajo, y asegurarse de que todos trabajen bien en conjunto. Pero estos grupos producen resultados que a menudo son tan comunes como los equipos en sí. Cuando se necesita un gran cambio o un gran desempeño, es mucho más probable que un equipo virtuoso genere resultados sobresalientes e innovadores. Los equipos virtuosos son fundamentalmente distintos a los grupos de trabajo convencionales que la mayoría de las organizaciones forma para perseguir objetivos modestos. Éstos comprenden a la elite de expertos en sus respectivos campos y son convocados especialmente para los proyectos ambiciosos. Su estilo de trabajo tiene un ritmo frenético y emanan una energía perceptible. Sin embargo, no es sorprendente que las superestrellas que conforman estos equipos sean conocidas por ser elitistas, temperamentales, egocéntricos y difíciles de trabajar con ellas. En consecuencia, muchos ejecutivos temen que, si obligan a estas personas a interactuar en proyectos de alto riesgo, el grupo simplemente explote. En este artículo, Bill Fischer y Andy Boynton muestran el funcionamiento interno de estos equipos virtuosos a través del despliegue de tres ejemplos: el equipo creativo de West Side Store; el equipo de escritores del exitoso Your Show of Shows, de Sid Caesar, en los 50; y los tecnólogos de alto poder de Norsk Hydro, el gigante energético noruego, que evitaron una crisis en la relación con los inversionistas. Cada uno de estos equipos logró enormes metas y cambió a sus negocios, sus clientes, e incluso a sus sectores. Lo hicieron rompiendo con todas las reglas convencionales de la colaboración, desde la forma en que reclutaron a sus miembros hasta la forma en que cumplieron con sus procesos poco comunes; desde las altas expectativas que tenían hasta los resultados excepcionales que generaron.