En un taller de reparaciones de silenciadores reconvertido, Ray Kelner creó RLK Media en 1985, vendiendo sus parlantes de diseño radical a conocedores de altos ingresos, a US$ 20.000 el par. Durante los años 90, RLK llegó a ser una empresa multimillonaria, mediante su enfoque único en artículos electrónicos valiosos y altamente conocidos. Pero las cosas ya no son tan buenas, y el presidente Keith Harrington responsabiliza de ello al CEO Lars Inman. ¿Tus márgenes se han evaporado¿, afirma. ¿No estás logrando tus números. El problema no es que tú y tu gente estén trabajando poco; todo el lugar parece un montón de universitarios estudiando la noche anterior a un examen. El problema es que la gente no está comprando el producto viejo ¿sin importar cuán buenos sean¿ y tú no tienes ninguno nuevo¿. Pero RLK puede que tenga uno nuevo entre las manos. Ray y su equipo han vuelto a hacerlo, su sorprendente prototipo para un headset iVid está a años luz de la competencia. Todo lo que necesita Ray son 18 meses y US$ 6 millones para contratar a diez desarrolladores de software de elite. De esa forma, RLK volvería a estar en el mapa. Lars considera apostar en la tercerización del desarrollo del software a Inova Laboratorios, en Gurgaon, India, una empresa proveedora gestionada de forma impresionante, que promete llevar a RLK del prototipo a la fabricación en escala en sólo 12 meses, y a un quinto de los costos. Pero Ray es inflexible. Su grupo está muy bien integrado. ¿Terceriza esto, y puedes despedirte del iVid¿. Aún así, ¿debería Lars tercerizar I&D? Comentan este caso ficticio, Larry Huston, vicepresidente para la innovación y el conocimiento en Procter & Gamble; el ex jefe de científicos en Xerox, John Seely Brown, y el consultor John Hagel III; la profesora Jean Lipman-Blumen, en la Claremont Graduate University; y Azim Premji, presidente de la empresa de servicios en TI, Wipro, basada en Bangalore, India.