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La empresa BP estaba muy consciente de la importancia de sus gerentes en la primera línea. Tomados en conjunto, sus decisiones hacen una gran diferencia en la facturación, costos, control de calidad, seguridad, innovación y desempeño ambiental de BP. Existen cerca de 10.000 de tales supervisores trabajando en distintas partes de la empresa, desde las plantas solares en España, hasta las plataformas de extracción en el Mar del Norte. Entre 70% y 80% de los empleados de BP se reporta a estos ejecutivos de nivel más bajo. Aun así, hasta hace poco la empresa no tenía un programa de entrenamiento comprehensivo para ellos. Por su parte, los gerentes de la primera línea se sentían desconectados; a menudo les era difícil comprender cómo sus decisiones individuales contribuían al crecimiento y reputación de BP como un todo. En este artículo, el ejecutivo de BP Andreas Priestland y el vicepresidente de Diálogos Robert Hanig describen cómo en los últimos cinco años BP ha aprendido a conectarse con esta población de ejecutivos. Después de un año y medio de diseño y desarrollo, hoy la empresa cuenta con un nombre ¿¿líderes del primer nivel¿¿ y un programa de entrenamiento comprehensivo para este grupo. Los autores describen el esfuerzo colaborativo que les tocó dirigir para crear los cuatro componentes del programa: Fundamentos de la Supervisión, Contexto y Conexiones, Evento de Liderazgo, Sociedades entre Pares. El equipo de diseño investigó a aquellos que definió como líderes del primer nivel y a otros a lo largo de BP, hizo un intenso estudio comparativo acerca de iniciativas de entrenamiento para ejecutivos de bajo nivel en otras empresas, y condujo una serie de programas piloto que involucraron a docenas de asesores. Las sesiones de entrenamiento se ofrecieron por primera vez en 2000, y desde entonces más de 8.000 líderes del primer nivel han asistido a ellas. El desempeño de los gerentes que han participado ha sido consistentemente más alto que aquellos que no han asistido.
