Carolyn Buck Luce, Sylvia Ann Hewlett
La mayoría de las mujeres profesionales abandona la vía rápida de su carrera en algún punto del camino. Con hijos que criar, padres ancianos que cuidar y otras exigencias sobre su tiempo, estas mujeres se enfrentan a una ¿vía de escape¿ tras otra. Cuando se sienten empujadas al mismo tiempo por largos horarios y un trabajo insatisfactorio, la decisión de marcharse se hace aún más fácil. Pero ay de la mujer que intente hacer de esa salida algo temporal. Las ¿vías de acceso¿ para que las mujeres profesionales vuelvan a la carrera son pocas y distantes entre sí, confi rman las autoras. Su nueva investigación revela por primera vez la extensión del problema: qué porcentaje de mujeres altamente califi cadas deja el trabajo y por cuánto tiempo, qué obstáculos enfrentan al regresar y qué precio deben pagar por ese tiempo fuera.
¿Cuáles son las implicaciones para la corporación estadounidense? Una cosa al menos parece clara: a medida que factores económicos y de mercado se alinean de tal forma que garantizan hacer de las restricciones al talento y la escasez de habilidades grandes problemas nuevamente, los empleadores deben aprender a revertir esta fuga de cerebros. Les guste o no, grandes cantidades de mujeres altamente califi cadas y comprometidas necesitan tomarse un tiempo fuera del lugar de trabajo. El truco es ayudarlas a mantener conexiones que les permitan reingresar a la fuerza laboral sin ser marginadas por el resto de sus carreras.
Las estrategias para establecer esas conexiones incluyen crear trabajos con horario reducido, proveer fl exibilidad en la jornada laboral y en el arco de una carrera, erradicar el estigma de tomarse un tiempo fuera, negarse a quemar puentes, ofrecer instancias para el altruismo y nutrir la ambición de las mujeres.