Dupuy ha propuesto un marco teórico para explicar los órdenes y desórdenes sociales y la función que en su evaluación juega el observador basado en dos potentes paradigmas, la cibernética de segundo orden y las teorías que ponen de manifiesto el papel positivo del desorden. La cibernética de segundo orden se singulariza frente a otros modelos en que presta atención al carácter paradójico de gran parte de los fenómenos y en que concibe una realidad compuesta por un sistema observador que produce objetos. Las teorías sobre el papel creativo del desorden consideran que los sistemas dinámicos no están abocados a la muerte entrópica sino que, al contrario, son capaces de generar mayor complejidad gracias al desorden. Dupuy ha fundido estas dos líneas de reflexión en su modelo de los puntos fijos endógenos / exógenos y ha permitido comprender un viejo problema teórico y ético, el de la alienación, que está precisamente en la base del incremento de complejidad de lo social y que justifica la crítica de la investigación social