Los elevados niveles de desempleo en algunos países desarrollados y los cambios en la distribución de las ganancias entre los diversos grupos en el mundo del trabajo han suscitado numerosos debates acerca de cómo conseguir una sociedad más justa y más próspera. Las innovaciones técnicas y la globalización económica ejercen una suerte de determinismo tecnológico que según algunos autores conduce a una reducción de las posibilidades de trabajo y demanda alguna clase de reparto del poco trabajo que puede haber. Sin embargo no esta claro que se reduzcan las posibilidades de empleo ni que se vaya a una sociedad en la que se trabaja menos.