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Michael Maccoby
Todos admiramos a los líderes. Pero en la tentativa de entender cómo funciona el liderazgo tendemos a perder de vista el hecho de que el seguidor es una parte crucial de la ecuación. Por desgracia, apenas son tratados en la literatura del management, donde se los describe como personas que meramente responden al carisma o los cuidados del líder. Lo que gran parte de los análisis parece ignorar es que los seguidores tienen sus propias motivaciones y, similar al impulso del líder por liderar, tienen un fuerte impulso de seguir.
En este artículo el psicoanalista, antropólogo y consultor de empresas Michael Maccoby hurga en los nichos inconscientes de la mente del seguidor. Examina de cerca la tendencia, muchas veces irracional, de relacionarse con el líder como si fuera una persona importante del pasado: un padre, hermano o incluso la niñera. Fue Sigmund Freud quien descubrió esta dinámica, a la que llamó ¿transferencia¿. Pero pese a su importancia, fuera del ámbito clínico del psicoanálisis aún se entiende poco. Eso es lamentable, porque un sólido entendimiento de la transferencia puede ayudar mucho a explicar el comportamiento organizacional y dotarlo con la sabiduría y compasión para transformarse en un gran líder.
El autor explica los tipos de transferencia más comunes ¿paterna, materna y fraterna¿ y muestra cómo operan en el lugar de trabajo. Destaca que éstos han cambiado a medida que la estructura familiar ha evolucionado. Un seguidor puede percibir al líder como la figura de un padre que todo lo sabe, como una madre autoritaria pero fuente de amor incondicional, o como un hermano u hermana que no es necesariamente un modelo de buen comportamiento. Sea como fuere, el líder puede manejar estos lazos de transferencia para traer a luz las proyecciones inconscientes. Cuando eso ocurre, el resentimiento y la animosidad pueden dar paso al entendimiento mutuo y la productividad. Es la manera en que una empresa coja empieza a prosperar.
