El proceso de globalización plantea, de modo general, una inversión en la relación establecida entre el derecho, la política y la economía de mercado en las democracias surgidas de la post-guerra mundial. En este trabajo se analiza la relación del proceso de globalización con la configuración estructural de los sistemas jurídico-laborales y su modo de regular las relaciones de trabajo, así como la ambivalencia que supone la mundialización en cuanto, por un, lado, riesgo de expropiación potencial del control sobre parcelas de la vida o del trabajo, y por otro, las nuevas posibilidades que abre de apropiación de dichas parcelas por los sujetos sociales en un nivel transnacional