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Boris Groysberg, Ashish Nanda, Nitin Nohria
Con la batalla por contratar a los mejores y más brillantes ejecutivos reactivándose, seguramente usted está al acecho del talento de primera en las filas de su competidor. Lo más probable es que crea que lo mejor es reclutarlo fuera de su organización, ya que desarrollar personas dentro de la firma requiere tiempo y dinero. Pero los autores, que han seguido las carreras de exitosos CEO, investigadores y creadores de software de alto vuelo y profesionales líderes, argumentan que los ejecutivos de alto desempeño rápidamente se desvanecen cuando dejan una empresa por otra. Para estudiar este fenómeno en mayor detalle, los autores analizaron los altibajos de más de 1.000 analistas estrella de Wall Street, un grupo sobre el cual existe abundante información. Los resultados fueron asombrosos. Cuando una estrella cambia de empresa, no sólo su propio desempeño baja, sino también la eficacia del equipo al que se integra y el valor de mercado de su nueva empresa. Es más, las estrellas trasplantadas no permanecen en una misma organización por mucho tiempo, pese a los salarios astronómicos. La mayoría de las empresas que contratan estrellas ignora el hecho de que el desempeño de un ejecutivo no es totalmente transferible, porque sus competencias personales invariablemente incluyen habilidades específicas de la empresa. Cuando la estrella deja una empresa por otra, no puede llevarse consigo muchos de los recursos que contribuyeron a sus logros. Así, es incapaz de repetir su desempeño, al menos no hasta que aprenda a trabajar en el nuevo sistema, lo que puede llevar años. Los autores concluyen que las empresas no pueden obtener una ventaja competitiva, o crecer exitosamente, contratando estrellas fuera de la organización. En su lugar, deberían enfocarse en cultivar el talento internamente y hacer todo lo posible por retener a las estrellas que crean. Las empresas no deberían pelear la batalla por las estrellas, porque ganarla podría ser lo peor que les ocurra.
