Muchas empresas han tratado de copiar el famoso sistema de producción de Toyota, sin conseguirlo. ¿Por qué? Parte de la razón, dice el autor, es que los imitadores no han sido capaces de identificar los principios subyacentes al Sistema de Producción Toyota (TPS), enfocándose sólo en herramientas y prácticas específicas. Este artículo cuenta la otra parte de la historia. Spear explica cómo Toyota inculca a sus ejecutivos los principios del TPS. Describe el entrenamiento de un talentoso ejecutivo estadounidense recién llegado, destinado a una alta posición en una de las plantas de Toyota en EE.UU. Con lujo de detalles, el relato ofrece cuatro lecciones básicas para cualquier empresa que quiera entrenar a sus ejecutivos en la aplicación del sistema Toyota: · No hay sustituto para la observación directa. Los empleados de Toyota son incentivados a observar las fallas a medida que ocurren; por ejemplo, se sientan al lado de una máquina en la línea de montaje para observarla y estar a la espera de cualquier problema. · Los cambios propuestos deben ser siempre estructurados como experimentos. Los empleados incorporan suposiciones explícitas y verificables en su análisis del trabajo. Esto les permite examinar las brechas entre los resultados anticipados y los reales. · Trabajadores y ejecutivos deben experimentar con la mayor frecuencia posible. La empresa enseña a los empleados en todos los niveles a alcanzar el mejoramiento continuo a través de experimentos rápidos y sencillos, en lugar de otros largos y complejos. · Los ejecutivos deben orientar, no solucionar. Actúan como facilitadores, dirigiendo a los empleados, pero sin decirles cuáles deben ser las oportunidades de mejora. En lugar de someterse al breve período de visitas, orientaciones y presentaciones de rigor que cualquier nuevo empleado estrella esperaría en la mayoría de las empresas, el ejecutivo en esta historia aprendió el TPS a la manera antigua: practicándolo. Así es como Toyota entrena a todo nuevo empleado, sin importar su rango o función.