Krishna G. Palepu, Robert S. Kaplan
Ahora que empresas como General Electric y Citigroup han aceptado que las opciones de acciones a los empleados son un gasto, el debate está cambiando desde si se deben registrar en los estados de resultados, hacia de qué manera registrarlas. Los autores presentan un nuevo mecanismo contable que mantiene la lógica subyacente al reconocimiento de las opciones como gasto, y que al mismo tiempo responde a las dudas de los críticos respecto de errores de cálculo y falta de conciliación con la realidad.
Un procedimiento que denominan contabilización del valor justo del gasto, ajusta y finalmente reconcilia los costos estimados a la fecha de concesión con los posteriores cambios en el valor de las opciones, de una forma que elimina los errores de predicción y de cálculo a lo largo del tiempo. El método captura la esencia de la compensación mediante opciones; esto es, que el empleado reciba parte de su retribución en la forma de un derecho contingente sobre el valor que está ayudando a producir.
El mecanismo implica abrir cuentas tanto del lado de los activos como del patrimonio en el balance general. En el lado de los activos, las empresas crean una cuenta de compensaciones pagadas por anticipado, igual al costo estimado de las opciones otorgadas; en el lado del patrimonio, crean una cuenta de capital suscrito en opciones de acciones, por el mismo monto.
La cuenta de compensaciones prepagadas se reconoce como gasto en el estado de resultados, mientras que la cuenta de capital suscrito en opciones se ajusta en el balance general para refl ejar cambios en el valor justo estimado. La amortización de las compensaciones prepagadas, sumada a la variación en el valor de las opciones otorgadas, arroja el gasto total anual de la empresa en opciones. Al final del período de maduración, la empresa toma el valor justo de la opción para efectuar un ajuste final en el estado de resultados que reconcilie cualquier diferencia entre ese valor y el total de los montos ya contabilizados.