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Una tendencia común en muchos países que aplican las ideas de la Nueva Gestión Pública (NGP) es que el control político del líder ejecutivo político disminuya mientras los líderes administrativos y comerciales fortalecen su posición. Esto se debe principalmente al proceso de ¿autonomización¿ (autonomía gerencial) o ¿delegación estructural¿ (descentralización, desconcentración, privatización). Desde una perspectiva transformadora, este artículo subraya y discute las razones por las que el control del líder ejecutivo político está disminuyendo, y explora las formas en que se arreglan los dilemas y desafíos de responsabilidad y pérdida de control cuando las situaciones se vuelven críticas. ¿Los líderes políticos tratan entonces de manejar el escándalo y la crítica sin cambiar el sistema gubernamental o intentan recobrar el control político a través de reorganizaciones formales? El autor se sirve de estudios que se adentran en los cambiantes roles de los liderazgos que hoy conforman la élite pública bajo las reformas de la NGP en Noruega, y analiza ciertos casos de la reforma hospitalaria para ilustrar el delicado equilibrio entre las consideraciones políticas y la autonomía gerencial.
