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Steve Rochlin
Cada vez más empresas y ejecutivos se están comprometiendo con la responsabilidad social corporativa; es decir, están conscientes de que sus operaciones generan profundos impactos que contribuyen a moldear la sociedad que los rodea, y que deben hacer algo para que estos impactos sean positivos y contribuyan a construir una sociedad mejor y más sustentable. A pesar de que la responsabilidad social corporativa ha llegado para quedarse, afirma el autor, todavía existe confusión acerca de su alcance real. Muchos la confunden con actos de buena voluntad, otros con la filantropía. Mientras que hay quienes creen en una RSC de facto, es decir, que miden su desempeño según el cumplimiento de estándares y códigos sociales, medioambientales y éticos. Sin embargo este enfoque adolece de varios problemas: su inmediatismo, el hecho de que las normas y estándares varían entre países, y el hecho de que deja de lado cualquier posibilidad de incorporar la responsabilidad social en sus decisiones y conductas estratégicas. A partir de un trabajo realizado con el Global Leadership on Corporate Citizenship, que reúne a empresas como Cemex, IBM, General Electric, entre otras, el autor delinea un marco que abarca los principales atributos que contribuyen a una eficaz alineación estratégica de las prácticas de responsabilidad social corporativa. Este modelo, ejemplificado por la experiencia de Cemex, incorpora la visión operacional, estratégica y de liderazgo, y en su núcleo se encuentra el enfoque crucial que han adoptado las empresas que han incorporado la RSC a su ADN corporativo: el aprendizaje comprometido
