Los datos del Centro de Investigaciones Sociológicas muestran que la población española tiene, en general, una percepción positiva de la inmigración. Sin embargo, en los últimos años está creciendo el número de españoles que consideran la inmigración como uno de los principales problemas del país. Hechos como los incidentes en las vallas de Ceuta y Melilla o los episodios de violencia registrados en los extrarradios de las grandes ciudades francesas pueden estar influyendo en esta evolución.