Se afirma que en España, desde el siglo XIX las ayudas a la vivienda no se han destinado a quienes sin ayuda no podían disponer de ella, sino, indirectamente a la industria de la construcción, a la banca y a los propietarios del suelo. Las ayudas a la compra implican un despilfarro del dinero público. Tras un repaso a la política de vivienda implementada hasta el momento y sus consecuencias se concluye que es necesario un replanteamiento a fondo de la relación entre urbanismo y vivienda, entre ayudas a la compra y ayudas al alquiler y el mantenimiento de las viviendas ocupadas o la recuperación de las desocupadas. Se reflexiona sobre unos nuevos criterios para la política de vivienda.