En este artículo se analizan las corrientes contrapuestas que convivieron a lo largo de la primera mitad del siglo XX y pugnaron por la hegemonía del espacio público a lo largo de cuatro décadas: el positivismo spenceriano, las teorías raciales del momento, el espiritualismo vitalista y la teosofía. Estas corrientes propusieron nuevas alternativas para la integración o incorporación de los indígenas y las mujeres, imaginaron diferentes modelos de nación, plantearon proyectos diferentes más o menos incluyentes e integradores y propusieron formas de redención y regeneración, también diversos para los sectores subalternos, especialmente los indígenas y las mujeres.