En el actual contexto social de búsqueda y exigencia de calidad, la encuesta no puede ser ajena. La credibilidad y significatividad de los datos que aporta la encuesta, en el análisis de la realidad social, están supeditadas al rigor que se haya puesto en el diseño, ejecución e interpretación de la información recogida. El presente artículo sintetiza, de una manera comprehensiva, plural y diacrónica, los aspectos a considerar en la evaluación de la calidad de la encuesta, subrayando los errores que pueden confluir en su realización. Se parte de una visión conjunta y entrelazada de los errores de encuesta, de la necesidad de su conocimiento, en aras de su predicción y control. La concreción de los límites de la encuesta, junto con las actuaciones preventivas y paliativas en su resolución, contribuyen al avance en su calidad. Razón por la cual se recogen los pasos más consensuados en la firme andadura por la senda de la calidad de la encuesta.