España ha sido un país atractivo para la recepción de flujos de inversión extranjera directa, especialmente durante los años siguientes a la incorporación en la Unión Europea. Sin embargo, la reciente ampliación de la Unión Europea ha hecho que aparezcan nuevos competidores que pueden poner en peligro su posición como uno de los principales receptores de inversiones extranjeras. Para valorar el grado de competencia que estas economías pueden ejercer sobre la capacidad de atracción de inversiones directas de España, se presenta un índice sintético que refleja con mayor precisión el atractivo de cada economía para los inversores extranjeros.