Cada vez es más común considerar la satisfacción y bienestar del trabajador como un elemento esencial de una filosofía de calidad o excelencia empresarial. Los modelos de gestión global de la calidad, como el modelo del Premio Deming, Malcolm Baldrige, o EFQM de Excelencia, incluyen la satisfacción del trabajador, o del "cliente interno", entre los indicadores de evaluación del nivel de calidad logrado, o "criterios resultados".